MEDALLA VIRGEN DE TRIANA

La Virgen de Triana es un icono de la ciudad de Sevilla, España, y es representada por una impresionante imagen de Nuestra Señora, esa misma que está grabada en una medalla. Esta es una manera para que la humanidad siempre tenga consigo una imagen simbólica de la gran madre que nos cuida y protege, con su regalo de la esperanza y que nos recuerde lo importante que es conservar los valores más profundos de nuestra vida.

La Medalla Virgen de Triana es una artículo muy antiguo. Su origen se remonta al siglo XVI, cuando la imagen se colocó en el altar junto al Pilar de Triana. La Virgen Representaba entonces el poder y la autoridad que tenía el Rey de España sobre las antiguas colonias de indios americanos.

Es así que a lo largo de los años, la imagen de Nuestra Señora fue adquiriendo un gran profundo significado. La creencia de que este monarca se dedicó a la tarea de proteger a sus colonias mediante sus largas y exitosas campañas bélicas se fue grabando en la mente de los conquistadores tanto como en los corazones de los indígenas. Esto le dio al monarca un sentido divino, y la medalla fue una forma de sacar provecho de este culto, ya que fue grabada y colocada en lugares públicos como sitios sagrados, y también vendida como una forma de ayuda a la Iglesia.

En la actualidad, la medalla Virgen de Triana es una forma común de recordar de forma simbólica la presencia de Nuestra Madre Celeste. Los cristianos lo asumen como una forma de porvirlos ante Dios, algo así como una oración para pedirle protección y ayuda en sus vidas. Para muchos, la presencia de la Virgen es el toque final para la total connectión con el amor de Jesucristo y esta imagen es la que les trae tranquilidad.

La medalla de la Virgen de Triana, aparte de ser un accesorio de moda, representa también una forma de resistencia. La Virgin ha llegado a través de millares de años hasta la vida de la gente de hoy, como un recordatorio de que la capacidad de resistir contra la adversidad dependerá de valores como el amor y la fe. Está medalla, además, ha servido como pretexto para que muchas personas recuerden la relevancia de su vida, para alcanzar la paz interior y el verdadero sentido de la existencia.

Al mirar una de las muchas medallas de la Virgen de Triana, uno no puede evitar sentir una profunda emoción al ver a nuestra Madre. Personificando una forma de resistencia que sobrevive a través de los tiempos, la imagen se convierte en una manifestación de todo el amor, paz y esperanza que cada uno de nosotros necesitamos para poder escuchar la voz más allá.

Por eso, para las personas que quieran ver una imagen de fuerza, resistencia, amor y esperanza, la Medalla Virgen de Triana es una lección de vida y un testimonio de fe que espera quienes deseen comprender el simbolismo profundo. Comprendiendo su significado y su influencia en la vida, nos inspirará a crear y compartir el bien, abarcando nuevas horizons y ahondar en la relación entre el ser humano y su veredictor, Dios.