MEDALLA VIRGEN BEGOÑA

La Medalla Virgen Begoña es un emblema de fidelidad eterna, típico del País Vasco, que recuerda el amor y la devoción a la Patrona del País Vasco, la Virgen Begoña. La medalla fue diseñada a finales del siglo XVII por el escultor local Juan de Oteyza y se cree que se construyó a partir de hierro forjado.

La medalla es, en su forma original, de un tamaño reducido, aproximadamente de unos 1,5 cm de diámetro. Está hecha de madera con bordes abiertos y recuadrados, y está decorada con una imagen en relieve de la Virgen Begoña, alzando su mano para bendecir a los fieles. Esta imagen está realmente grabada en la parte inferior de la medalla y de todos los tamaños presentes.

Dentro de la medalla hay una imagen de la bandera de la comunidad autónoma vasca, el Iurreta, y en la parte de atrás hay una línea de poesía escrita por el padre del escritor vasca Ramon Rubial, que dice: "Todo aquel que lleve la medalla Virgen Begoña, a donde también vaya jamás la traición". Esta medalla es una expresión clara de compromiso y lealtad al País Vasco.

Como toda reliquia religiosa, la medalla tiene una larga y variada historia. Antiguamente se regalaba a los soldados que luchaban en el bando derecho de la Cruzada de Navarra. Esta reliquia ha ganado un renombre particularmente destacado, se trata de una tradición cristiana en la que los fieles se unen para orar y recordar a la Virgen Begoña.

La medalla tiene una importante significación estética y simbólica, se lleva para detener las persecuciones y mostrar el compromiso por los ideales por los que lucharon generaciones pasadas. La simbología de la medalla es muy complicada de explicar, ya que esta medalla es mucho más que un simple objeto de culto o religioso.

La medalla también se empleaba como símbolo de unión entre los vascos. Al llevar esta medalla, los vascos mostraban su amor y devoción hacia su virgen patronesa en un acto de fidelidad a sus ancestros. Muchas iglesias y templos se adornaron con la medalla como un acto de reverencia a la Virgen Begoña.

Los devotos de la Virgen Begoña simbolizan el espíritu del pueblo vasca a través de esta medalla. La Virgen Begoña fue la virgen titular de la Basílica de Lekeitio, el punto de partida de la devoción vasca a esta figura. La medalla fue creada por el escultor local Juan de Oteyza y hoy sigue siendo un símbolo de esperanza y devoción.

Es común que los vascos usen la medalla como un accesorio para lucirla en diferentes eventos y conmemoraciones. En ocasiones, se coloca una medalla alrededor del cuello para protegerlo de los daños y males de la vida. El llevar la Joia de Virgen simboliza de alguna manera al mismo tiempo tanto la fe católica como la identidad vasca.

En conclusión, la Medalla Virgen Begoña es una reliquia religiosa cristiana muy especial para los vascos. Recordamos el amor y la devoción a la Patrona del País Vasco y como símbolo simbólico de unidad, llevamos la medalla para dejar constancia de nuestro compromiso con nuestras tradiciones y ancestros. La medalla también es un símbolo de protección, fidelidad y esperanza para los fieles.

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